La participación social en la educación es un tema de actualidad e importancia a nivel local y global. Algunos estudios coinciden en que con el impulso de la participación social en los centros escolares es posible que se construya el servicio educativo con calidad, equidad y la mejora en los resultados de aprendizaje de los alumnos (Santizo, 2011, 2012).
Otros observan en la participación social una forma de impulsar el proceso de descentralización del sistema educativo, favoreciendo la autonomía de las escuelas y la rendición de cuentas. La participación social puede desempeñar un papel fundamental en la democratización del sistema educativo y en la mejora de su calidad (Zurita, 2008), asesor del Banco Mundial, afirma que las investigaciones y la literatura establecen la necesidad de que "las escuelas produzcan educación de calidad con la participación social y con las evaluaciones".
Todo esto nos permite comprender la importancia de la participación social, la cual, además, fue recomendada a nuestro país por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Esta organización propone que la participación se realice a través de Consejos Escolares de Participación Social (CEPS); sin embargo, advierte: Los consejos escolares pueden ser un recurso importante para mejorar la calidad escolar, pero el simple hecho de crearlos no generará alianzas sociales eficaces. Los consejos escolares necesitan tener poder o influencia real sobre aspectos importantes; así como suficiente información, formación y transparencia (OCDE, 2010, p.7.). Es loable el esfuerzo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para hacer que la participación social sea una realidad en las escuelas. En los últimos años se ha impulsado de manera significativa la integración de los consejos en 240 mil planteles de educación inicial, especial y básica; de tal manera que en abril de 2012 existían 192,115 CEPS registrados, los cuales representaban el 79.5% del total de centros en el país (SEP-CONAPASE, 2012).
Para una buena convivencia se debe de tener presente también a los padres de los discentes, de este modo se tendrá una mejor colaboración por parte de elementos externos que se unan a la causa. El logro educativo se asocia tanto al nivel socioeconómico como a los capitales culturales y sociales de las familias de los estudiantes (Bourdieu y Passeron, 2008; Schmelkes, 2010, Sheldon y Epstein, 2005). La participación de los padres en la educación comprende actividades que estos realizan en el hogar, en las instituciones escolares y la comunidad para fomentar el éxito académico de sus hijos y los estudiantes en general (Fantuzzo, McWayne, Perry y Childs, 2004; Suizzo y Stapleton, 2007). Esta participación implica que las familias asuman responsabilidades compartidas con los docentes y otros actores educativos para crear condiciones que faciliten a los estudiantes responder de forma eficiente a las demandas cognitivas, afectivas y sociales de las escuelas (Graham, 2011; Ortiz, 2004).
La participación de las familias genera confianza entre los actores del proceso educativo (familias-docentes-directivos y estudiantes) y favorece sinergias en acciones de mejora de la gestión escolar y de apoyo al aprendizaje de los estudiantes (Morgan, Nuthbrown y Hannon, 2009; Rasbash, Leckie y Pillinger, 2010; Sánchez y Valdés, 2014). Esta participación fomenta en los estudiantes el compromiso con el aprendizaje, un autoconcepto académico positivo, desarrollo de competencia verbales y matemáticas, y menos problemas de disciplina y violencia (Newland, Chen y Coyl-Shepherd, 2013; Zurita, 2011).
Las condiciones sociales que impusieron lo que Gvirz y Palamidessi (1998) denominaron cultura de mando-obediencia, especialmente la de los años posteriores a la apertura de la democracia de 1983, constituyeron la condición de posibilidad para que los gobiernos de la provincia de Río Negro y el nacional argentino abrieran las puertas a una acción tendiente de desterrar el autoritarismo, para construir un sistema democrático frente a la obediencia ciega e indiscutible y a un poder arbitrario y absoluto.
La convivencia escolar se entiende como un espacio de co-construcción en las relaciones interpersonales de una escuela, entre estudiantes, apoderados, docente, directivos, no docentes y otros actores que participen e interactúen con ella, donde se promueva el respecto mutuo, la aceptación de la diversidad, cooperación, solidaridad y la resolución asertiva y sin violencia de conflictos (Ministerio de Educación, 2011). Estaría relacionada con el clima social de la escuela y una serie de variables exógenas, como la familia del estudiante, los medios de comunicación, la comunidad, la sociedad, el sistema educativo y las políticas públicas (Fernández, 2003; Magendzo, Toledo y Rosenfeld, 2004).
La Participación Social en la Educación precisa de la colaboración -sistemática y organizada- de actores sociales como los padres de familia y representantes de sus asociaciones, maestros y representantes de su organización sindical, directivos escolares, exalumnos, así como los demás miembros de la comunidad interesados en trabajar con el fin común del mejoramiento del centro escolar.
ResponderEliminarConsidero acertada tu comentario, al coincidir con la importancia que los miembros del proceso educativo, los alumnos, docentes y padres de familia adquieren para la mejora del centro escolar; es necesario recordar dos elementos importantes, la solución de conflictos en los diversos ámbitos de participación en el aula, pedagógico, conductual, metodológico, entre otros, así como la importancia que adquiere la infraestructura, en la cual, es necesario garantizar el acceso al conocimiento de todos los alumnos remarcando la importancia de la inclusión de estudiantes con Necesidades Educativas Especiales en las actividades cotidianas para homologar criterios con organismos de nivel internacional como la OCDE citado en el texto.
EliminarSegún Delgado (2008), las formas de participación social que la comunidad tiene y encuentra que están profundamente relacionadas con las pautas culturales de cooperación y organización comunitarias que rigen las relaciones y las actividades de la localidad. En palabras del mismo autor, el resorte que potencia la participación parece ser la pertenencia a la comunidad y no el esquema formal de participación social escolar. Es la “tradición” en la organización comunitaria la que promueve discusiones y reflexiones para encontrar sus propias soluciones.
ResponderEliminarEn estudios realizados por Gertler, Patrinos y Rodríguez (2012) coinciden con lo argumentado por Loera (2012), en donde es claro que a mayores atribuciones, más posibilidades de desancadenar mejores procesos de participación social; esto permite que los recursos atribuidos a los centros educativos sean utilizados para promover acciones de involucramiento de los componentes del proceso, alumnos, docentes y padres de familia se implican de manera determinante en actividades como los Consejos de Participación Social y Gestión Escolar que convergen en una mejor a nivel orgánico para subsanar errores en el centro a nivel general, así como solucionar las prácticas pedagógicas de las aulas desde una perspectiva individualizada.
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ResponderEliminarEl tema presentado en este apartado es muy interesante y en él se puede leer de manera sencilla pero completa información de mucha importancia en la actualidad.
ResponderEliminarCabe decir que la función socializadora de la escuela se manifiesta en las interrelaciones cotidianas, en las actividades habituales; también se hacen explícitas en las charlas espontáneas o en discusiones y diálogos planificados para reflexionar sobre esas interrelaciones, para reconocer los acuerdos, las diferencias, las formas de alcanzar el consenso, de aceptar el disenso. Sólo de esta manera se aprende a convivir mejor. Una escuela que intenta responder a su cometido de ser formadora de ciudadanas y ciudadanos, comprometidos crítica y activamente con su época y mundo, permite el aprendizaje y la práctica de valores democráticos: la promoción de la solidaridad, la paz, la justicia, la responsabilidad individual y social. Estos se traducen en las acciones cotidianas que transcurren en el aula, en la actitud comprensiva y educadora de los adultos que son los responsables de la formación de las jóvenes generaciones, por eso, el desafío de toda institución educativa es convertirse en propulsora de procesos de democratización y participación. Sin lugar a dudas si la escuela puede hacer esto (de hecho muchas de las escuelas lo hacen y lo hacen bien) está dando respuesta a una de las demandas más requeridas por la sociedad.
El tema que se menciona es muy importante debido a que como futuros docentes, la convivencia y la participación social, forman parte de nuestras prácticas pedagógicas por lo cual es necesario conocer a los agentes del proceso educativo.
ResponderEliminarSegún Vigotsky (1998). El ser humano nace y es en la interacción social que desarrolla las particularidades que lo distinguen como tal, "La naturaleza del desarrollo cambia de lo biológico a lo sociocultural...". Es así como el hombre vive relacionándose con diversos grupos que ejercen determinada influencia sobre él, esta es mediatizada por las propias características psicológicas que caracterizan a dicho individuo.
El proceso de Socialización consiste en la apropiación por parte del individuo de toda la experiencia social, lo cual le proporciona la posibilidad de integrarse a la vida en sociedad.
Este proceso se da precisamente como resultado de las interacciones que se producen entre los seres humanos e influye en el desarrollo de su personalidad.
ResponderEliminarLa Participación Social en la Educación, tiene como principal objetivo lograr la autogestión de las escuelas, mediante la ampliación de su margen de toma de decisiones para coadyuvar en la construcción de una eficiente planeación estratégica de los centros escolares. La gestión escolar así entendida, no se reduce a la función exclusiva del director, sino que incluye la dimensión del trabajo colegiado, impulsando la participación activa de la comunidad escolar, incluyendo a los actores externos.